Desde siempre he sentido una conexión profunda con la luz y con los pequeños detalles que hacen de un espacio algo especial. Las velas llegaron a mi vida como un refugio, una manera de transformar la energía de un lugar y darle calidez al corazón. Lo que comenzó como una búsqueda personal de paz se convirtió en un proyecto lleno de propósito: crear velas que transmitan calma, belleza y el recordatorio de que la luz siempre está presente, incluso en los momentos más oscuros. Sueño con que cada vela que elaboro sea más que un objeto decorativo, que se convierta en una experiencia capaz de llegar a hogares, espacios de sanación y rincones íntimos de personas que valoran el bienestar, la espiritualidad y la belleza sencilla de la vida. Cada creación está hecha con dedicación y cuidado, llevando consigo una intención única como paz, abundancia, amor propio o gratitud. No es solo cera y esencia, es un mensaje envuelto en brillo, aroma y energía positiva que refleja también mi propia historia de crecimiento. Al compartir mis velas con el mundo, comparto el deseo profundo de que cada persona pueda encontrar un momento de calma y belleza en su día a día.